Tarea de mi profesor Kike Giles

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Hoy en clases de comunicación digital, mi excelente profe @kikegiles me repitió varias veces: “Miguel, tienes que postear, tienes que postear”. así es que este es un recordatorio para hacerlo más a menudo. Gracias Kike!

Buenas vibras :)

La solución es simple

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Ya no es noticia que vivimos una etapa de cambio acelerado. La tecnología, la ciencia, la medicina, la globalización económica y las comunicaciones están transformando nuestro mundo, generando un tornado de cambios que nos envuelve cada vez más a todos.

Pero tal vez hay algo que no encaja. Si todos estos cambios supuestamente son para hacernos la vida más cómoda y simple…¿Por qué sentimos que gozamos de menos tiempo?

La respuesta podría ser la creciente complejidad que acompaña dichos cambios.

Es un nuevo tipo de complejidad. No basada en ausencias o carencias. Más bien sustentada en la percepción de sobreabundancia y falta de límites. De que hoy, todo está disponible o más aún, todo es posible.

¿Es tanto así? Me explico con un ejemplo: la comunicación personal a distancia.

Antes de su aparición, todo fluía más lento. Nos comunicábamos con cartas, que demorábamos en escribir y reescribir, para luego enviarla. Al cabo de unas semanas, con suerte, obteníamos la respuesta.

Luego, apareció el teléfono fijo. Ya no fue necesario escribir nada. Solo bastaba discar uno números y la comunicación se hacía posible.

Después, llegaron medios como el email y la telefonía móvil. Ahora, aparte de la instantaneidad, aparecían de golpe múltiples vías para lograrla desde prácticamente cualquier lugar.

Hoy, la telefonía móvil digital con acceso a internet y el auge de las redes sociales ha derivado en una explosión de medios disponibles para comunicarse con otra persona, desde cualquier lugar y a toda hora.

Y aunque resulte paradójico, esto en vez de facilitarnos la comunicación personal, le ha añadido una muy gruesa capa de complejidad al asunto. Tanto así, que nos vemos obligados a revisar  con más frecuencia nuestro celular, redes sociales, múltiples cuentas de emails, blog, chat, skype, etc. para lograr estar “comunicado” con la otra persona.

Esto sin lugar a dudas, tiene un aspecto pernicioso: hacer frente a esta realidad nos está tomando cada vez más tiempo. Sobretodo si consideramos que estamos aumentando exponencialmente nuestra cantidad de “contactos” a diario. Y sumándole el creciente auge de gadgets que permiten “estar conectados” en distintas circunstancias, la situación se agudiza.

A esto sumémosle otro tanto más por el consumo de información y entretenimiento, que también aportan otro gran capa más al asunto. Si seguimos por esa senda, me parece que la sobreabundancia y falta de límites nos terminará saturando, o empalagando, por decir lo menos. Claro, está, si lo permitimos.

La solución es simple. O mejor dicho, la solución es = simple.

Aunque gran cantidad de voces autorizadas digan que ya vivimos en la era del conocimiento, modestamente, difiero. Al menos en mi caso, siento que sigo viviendo la edad de la información, solo que ahora amplificada y mediatizada por los grandes avances tecnológicos.

¿Sabes por qué lo digo? Porque el conocimiento ayuda a volver simple lo complejo, a hacer fácil lo difícil, a volver rápido lo prolongado. A resolver más problemas con menos recursos. Hoy todavía no siento que sea del todo así.

Estamos viviendo una acelerada etapa de descubrimientos y avances, que acompañada de una aceleración proporcional del grado de confusión y complejidad en nuestras mentes, da la impresión de estar convirtiéndose en el nuevo estándar de la sociedad.

En mi caso, luego de un año de exploración de este nuevo entorno, empiezo a tomar con pinzas todo este asunto. Estoy a punto de desistir en mi intento de tratar de entender esta complejidad, para centrarme en encontrar como aprovecharla de la manera más simple.

Porque, cada día me convenzo más, que lo simple será uno de los valores más preciados en el futuro. Y los profesionales que la generen, los más apreciados. Vale la pena ir entrenándose desde ahora.

Buenas vibras :)

La solución que nunca falla

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Hoy ha sido un día sumamente productivo. Me reuní con personas muy valiosas, leí sobre temas que me interesan, asistí a clases, me reí, jugué con mi hijo, conversé con mi esposa, avance otro paso hacia el futuro, arranqué un nuevo proyecto de trabajo, descubrí nuevas herramientas, me informé, ayude a mi compañera a entender un poquito a twitter.

Y aquí estoy, muy de tarde escribiendo este post, para resumir mi aprendizaje de hoy:

1) La web no trata de herramientas. La web trata de personas.

2) El futuro no existe aún. Por lo tanto, podemos imaginárnoslo como queramos.

3) YT Instant es el beta de la televisión interactiva on demand.

4) La sonrisa de alguien a quien queremos es mil veces más estimulante que un Red Bull.

5) Que la confusión que me envuelve acerca del entorno digital no es exclusividad mía. Es compartida por muchas personas que aunque saben mucho más que yo, reconocen que todavía queda mucho por aprender.

6) Que ayudar a una persona a dominar un poquito la tecnología es recordarnos a nosotros mismos para que sirve.

7) Que la solución que nunca falla es vivir un día a la vez.

Buenas vibras :)

Director de Soluciones

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Ya hablé anteriormente del aprendizaje como un estilo de vida y de las preguntas como principal herramienta. Ahora, ¿para que sirven? ¿qué intentamos lograr a través de ello? ¿que le aporta a mi vida?

Pues ambas cosas le aportan a nuestras vidas algo muy importante: más soluciones.

Al tener más soluciones disponibles para un mismo problema, crece la probabilidad de elegir la más eficiente y por lo tanto, obtener mejores resultados en lo que hagamos.

En casos excepcionales, la solución elegida puede resultar tan extraordinaria y original que pasaría al salón de la fama de las “soluciones creativas” o geniales.

En términos normales, tendremos una gran cantidad de soluciones comunes, muchas malísimas y algunas que nos pueden funcionar bien. El aspecto positivo de esto es que más allá de las soluciones mismas, el proceso sirve como un gran decantador que elimina las confusiones de nuestra mente, clarificando nuestro pensar.

Pero lo más importante de las soluciones, más allá de que sean buenas o malas, es que son un fuerte llamado a la acción, a la aplicación de lo aprendido. Después de haber elegido una solución, no queda otra que ponerla en práctica. Si no fuera así, todo el proceso se volvería inútil e infértil.

Y a este punto quería llegar: una vez que tenemos toneladas de soluciones posibles, normalmente tenemos que elegir solo una. Baste poner un ejemplo sencillo: buscamos algo en Google y tenemos 3 millones de respuestas. ¿Cuál elegimos? Normalmente alguna de las primeras. difícilmente la última.

Aquí entra mi reflexión: ¿en verdad las primeras soluciones son las mejores para nosotros? Según la teoría de la creatividad, no. Esto porque generalmente, las primeras soluciones que se nos ocurren son las comunes. Y en términos de negocio, ser “común” significa ser “invisible”, ser uno más del promedio, un “me too”.

¿Es ser uno más, la solución más eficiente? Depende. Cada quien es su propio Director de Soluciones, en su vida personal, profesional y social. Cada quien define a cada segundo, que soluciones les da a los problemas que enfrentan. Lo más importante me parece, es ser conciente de ello.

Buenas vibras :)

¿Qué ves aquí?

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a) Un vaso medio lleno

b) Un vaso medio vacío

c) Una foto artística de un vaso

d) Un haz de luz que ilumina un vaso

e) Agua para calmar la sed

f) Una combinación de blanco y negro

g) Al fotógrafo que no aparece en escena

h) Depende de como me sienta

i) Todas las anteriores

j) Ninguna de las anteriores

k) Puras respuestas obvias

l) Una pregunta sin sentido

m) Un nuevo amanecer

n) Un viejo atardecer

ñ) Alguien solitario

o) La familia se fue de paseo

p) Un momento

q) Toda una vida

r) Sol

s) Oscuridad

t) Claro oscuros

u) Un trago amargo

v) Un sorbo refrescante

w) Yo tengo otra respuesta

x) Un mar de percepciones

y) Una pregunta, una foto y 26 respuestas

z) Una pregunta que no me interesa responder

Elije la respuesta que te plazca, todas pueden ser válidas. Lo que quería destacar a través de este ejercicio, es algo muy simple: que sin una pregunta, no hay respuestas o en todo caso, no hay respuesta que valga.

Y me provocó escribir de esto, porque creo que en el futuro cercano será cada vez más importante  dominar el arte de las preguntas, como factor de diferenciación y competitividad, que la misma capacidad de encontrar las respuestas, que gracias a la tecnología, hoy abundan. La capacidad de aprender, apuesto, será más importante que lo aprendido.

En este sentido, me parece que el sistema educativo debe contribuir más, aún con el riesgo de renunciar a muchas de sus respuestas aprendidas, varias ya obsoletas. Se me ocurre que en el futuro, los centros de enseñanza deberían ser más “entrenadores en preguntas”, que “cúmulo de respuestas”.

Así, en un futuro cercano, tal vez dejemos de escuchar preguntas y respuestas absurdas, como el “¿cómo se siente?” de un periodista a una persona grave, o la típica “no sé, pero así me dijo mi jefe que lo haga”.

Creo que es tiempo de prestar más atención al arte de preguntar y generar preguntas, tanto o más que al arte de dar respuestas. Me parece que esto también podría ayudar a elevar la efectividad de los call center, la notoriedad de las marcas en las redes o la atención en el punto de venta, si hablamos de marketing.

Mientras tanto, podemos “tener suerte” en Google, veremos “¿qué está pasando?” en Twitter o sabremos “¿qué estás pensando?” en Facebook. Y es que estas grandes empresas ya han logrado entender, dominar y monetizar el arte de las preguntas.¿Será por eso que son los líderes en esta era digital?

No es fácil. Pero pregunta y aprende. A mi me está dando muy buenos resultados ya que tengo la suerte de tener un profesor al lado  las 24 horas del día. ¿Quieres saber quién es? Mi adorable hijo de 4 años.

Buenas vibras :)

Después de 10 meses

Han pasado 10 meses desde mi último post. Hoy, este experimento de blog deja de serlo, porque he encontrado la respuesta que buscaba:

he decidido que mi meta personal y profesional de aquí en adelante será el de ser un eterno aprendiz. Y poder vivir de ello. Por lo tanto, ya tengo clara la orientación de este blog.

¿Sobre qué escribiré?

Sobre lo que aprenda a diario. Nada más adecuado que un bitácora para ello. No hay límites.

Una de las cosas por lo cual me tardé tanto, fue definir el ámbito o los temas a tratar. El problema es que me interesan muchas cosas y muy diversas relacionadas a la cultura digital. Después de este largo periodo de reflexión, he logrado aceptar mi falta de enfoque, mi ignorancia, para darle tránsito libre al aprendizaje.

¿Bajo qué criterios escribiré?

Tres muy simples:

1) Que aporte un ensayo simple de solución o mejora sobre el tema tratado (aprender haciendo)

2) Que refleje la condición del eterno aprendiz (nada escrito sobre piedra)

3) Que transmita buena vibra (por el bien de tu hígado y el mío)

Ya está. Eso es todo. Por ahora, no necesito cargar nada más en la mochila. Viajaré ligero impulsado por las alas de mi esposa e hijo. Y guiado por el ejemplo de mis padres. Porque ser aprendiz significa ser un explorador de nuestras propias limitaciones y carencias, para algún día conquistar nuestra propia América, muy probablemente ya descubierta por otros.

Si te gusta la idea, te invito a compartir el viaje. Comenta, comparte, debate, cuestiona. Eso sí, sin olvidarte de las 3 simples reglas del eterno aprendiz.

Buenas vibras :)

PD: Hoy aprendí un montón de cosas, a través de los videos del Ficod, el EBE (que continua mañana), del fantástico flujo en las redes, etc.  Pero, me quedo con el siguiente video. Ahí te lo dejo.

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